«Al enseñar matemáticas con fórmulas y procedimientos no se comprenden»
Inma Lizasoaín es profesora en la Universidad Pública de Navarra y lidera un proyecto europeo para enseñar matemáticas a niños con Síndrome de Down
El proyecto europeo ANFOMAM, «Aprender de los niños para formar maestros en matemáticas», es un proyecto financiado por Erasmus + y coordinado por la Universidad Pública de Navarra. El objetivo final de este proyecto es diseñar un material pedagógico innovador en la enseñanza de las matemáticas, formando a los futuros maestros y a los que están en ejercicio; y lograr una escuela más inclusiva.
–En primer lugar, enhorabuena, entiendo que un proyecto de tal envergadura siempre da un poco de vértigo, ¿no?
Sí, la verdad es que asusta un poco. Nunca he coordinado algo de esta magnitud, pero tengo la suerte de contar con un equipo excelente, tanto dentro de la universidad, como en el resto de las instituciones que participan en el proyecto. Eso tranquiliza bastante, la verdad.
-Antes de entrar en materia, explícame un poco, ¿cómo empezó todo?
Pues empezó con un encuentro entre antiguas compañeras de estudios de la Universidad de Zaragoza, que ahora damos clases de Matemáticas en distintas universidades. Coincidimos en un Congreso sobre Educación en Santander donde cada una de nosotras presentaba las iniciativas que estaba llevando a cabo en su universidad para mejorar la forma de enseñar las matemáticas a los alumnos/as de los grados de maestro. Allí nos dimos cuenta de que, aunque nuestras actividades eran diferentes, todas iban en una misma dirección, la de intentar lograr la comprensión de los conceptos básicos de las matemáticas por parte de los alumnos, alejándonos de enseñar procedimientos mecánicos y repetitivos.
-¿Es necesario este tipo de prácticas/proyectos para cambiar la forma en la que se enseñan las matemáticas? ¿Tan mal se hace en el sistema educativo actual?
Yo creo que sí es necesario plantearse seriamente una renovación de la enseñanza de las matemáticas. Si no se abordan explícitamente ciertos cambios en la universidad, nuestros alumnos de los grados de maestro tenderán a enseñar las matemáticas de la misma forma que se las enseñaron a ellos. Y lo que constatamos día a día en la universidad es que esas formas de enseñanza, limitadas a fórmulas y a procedimientos mecánicos cerrados, no han logrado que los estudiantes comprendan lo que están haciendo ni, muchas veces, para qué lo hacen.
-¿Cuáles dirías que son los fallos, o qué es lo que falla al enseñar las matemáticas? Porque, a la mayoría de los estudiantes no les gustan las matemáticas… ¿esto puede cambiar? ¿Pueden ser divertidas las matemáticas?
En mi opinión, la forma de hacer que los alumnos le cojan gusto a las matemáticas es involucrándoles en las actividades. Si nos limitamos a dar al estudiante una herramienta que él no ha construido para que simplemente la aplique de manera mecánica, será difícil que encuentre sentido a lo que hace. Sin embargo, si le presentamos un problema que le resulte cercano, y le ayudamos a construir su propia estrategia de resolución, el reto le resultará interesante y hasta divertido y la tarea tendrá mucho más sentido para él. Si, además de esto, se le presentan las matemáticas en relación con otras materias como la historia o el arte, estaremos contribuyendo a su Educación con mayúsculas, a su crecimiento como persona.
– Ahora sí, ¿qué es y en qué consiste el proyecto europeo ANFoMAM?
Nuestro objetivo es diseñar actividades matemáticas en forma de talleres, que se incluirán en las asignaturas de matemáticas de los grados universitarios de maestro. Creemos que, si nuestros alumnos viven experiencias de este tipo en la universidad, será más fácil que incorporen este tipo de actividades en un futuro en las aulas escolares. Nuestra inspiración para el diseño de las actividades son los talleres de matemáticas que ya se están realizando en la Asociación Sociedad de Estudios sobre el Síndrome de Down en Zaragoza (SESDOWN), una de las instituciones socias del proyecto, con niños y niñas con Trisomía 21 (Síndrome de Down).
-¿Por qué niños con Trisomía 21?
En primer lugar, porque es más difícil involucrar a este alumnado en las actividades. Si conseguimos encontrar actividades que tengan sentido para ellos, será más fácil que tengan sentido también para otros niños. Además, su aprendizaje , en general, sigue un ritmo más lento que el del resto del alumnado, por lo que podemos observarlo más detenidamente. Nuestra idea es editar vídeos donde se recojan las actividades realizadas por estos niños para analizarlos en las aulas universitarias y aprender así cuál es la mejor forma de enseñar matemáticas a todo el alumnado en general.
-¿En qué corrientes, autores y/o metodologías os estáis inspirando para realizar el proyecto?
Nuestros socios de la Universidad de Roma Tri, liderados por la profesora Ana Millán Gasca, llevan años trabajando en la línea marcada por pedagogos como Pestalozzi o Fröbel, que confían en la capacidad de aprendizaje de los niños cuando las formas de enseñanza se acercan a su manera intuitiva de entender la realidad. Por otro lado, Édouard Séguin, médico francés que en el siglo XIX se dedicó a enseñar a los niños con discapacidad intelectual, inició un camino para acercar las matemáticas a este alumnado, basado en la utilización de materiales y en lo que ahora llamaríamos metodologías activas. Esta será la metodología que utilizaremos principalmente en nuestros talleres, además de la mímesis, una forma de «empatizar» con el alumno, introducida por Gilberto Scaramuzzo, profesor de la Universidad Roma Tre, que también participa en el proyecto.
-¿Es la metodología de Singapur una en la que se fijan, o se han fijado? Si es así, ¿por qué?
Sí, así es. El equipo de nuestra universidad puso en marcha hace unos años un título de postgrado basado esencialmente en la forma en que se enseñan las matemáticas en Singapur. De este modelo, hemos aprendido numerosas formas de acercar las matemáticas al alumnado mediante el uso de materiales manipulativos y también de la representación gráfica. Todo este bagaje nos ayudará sin duda a diseñar los talleres de una forma más rica y efectiva
-¿Cómo ayudará este proyecto a la realidad de las aulas de los centros escolares para que las cosas puedan cambiar?
De momento, además de con los niños con trisomía 21 de Zaragoza, el proyecto se llevará a cabo únicamente en las universidades, con los estudiantes de los grados de maestro, pero estamos convencidos de que estos estudiantes serán capaces de llevar la nueva forma de trabajar a las aulas escolares cuando les toque ejercer como maestros en un futuro próximo.