Ansiedad matemática
Hola. ¿Alguna vez has experimentado esa sensación de tensión, aumento de la presión arterial y latidos acelerados? Es la ansiedad, algo que forma parte de la vida cotidiana de muchas personas. Sin embargo, para algunos, los episodios de ansiedad pueden ser tan intensos y frecuentes que llega a ser necesaria ayuda médica. ¿Sientes esto cuando estás haciendo alguna tarea que tiene que ver con las matemáticas?
¿Qué tal? Soy Luis y te doy la bienvenida a la sección “Cuenta conmigo” donde hablaremos de distintos temas relacionados con las matemáticas.
Durante más de medio siglo, la ansiedad ha sido objeto de estudio y ha ganado cada vez más atención en los últimos años. La ansiedad matemática se refiere a una reacción emocional negativa hacia las Matemáticas. Algunos la definen como «una sensación de tensión y ansiedad que interfiere con la manipulación de números y la resolución de problemas matemáticos en situaciones de la vida cotidiana y académicas». En algunos casos, puede producir un miedo intenso hacia todo el área de conocimiento.
Lo interesante es que la ansiedad matemática no se limita a los exámenes o al entorno escolar. Puede extenderse a otras situaciones cotidianas, lo que lleva a que personas inteligentes y capaces desarrollen una gran aversión hacia cualquier situación que involucre matemáticas, llegando incluso a evitar carreras universitarias o estudios que requieran su aplicación directa o que simplemente tengan un peso importante dentro del plan de estudios.
Además, es importante destacar que esta ansiedad no se relaciona con la ansiedad generalizada asociada a la evaluación. Es una ansiedad específica hacia las Matemáticas, como materia, y no se ha observado una situación similar en otras áreas de contenido, como la lectura, escritura o Historia. Además, puede afectar a cualquier persona. Hay una especie de mito común de que solo afecta a aquellos que están empezando o a los que no son buenos en matemáticas. Pero aquí está la verdad: la ansiedad no se debe a que no sepas matemáticas o no quieras trabajar. Más bien, surge cuando te enfrentas a conceptos que no entiendes, sin importar cuánto te esfuerces.
Hay personas que han conseguido avanzar en su vida académica aprendiendo y aplicando procedimientos. De repente, llegan a un punto en el que se tienen que enfrentar a algo nuevo que no puedes solucionar siguiendo una memorización de pasos. Por ejemplo, tener que demostrar un concepto o trabajar un problema abierto. Tenían un concepto de sí mismos como personas buenas en matemáticas. Habían obtenido notas altas. Y ahora sin saber por qué, se derrumba el castillo de naipes.
¿Has tenido algún estudiante así en tu clase? Yo sí. Es un tema delicado a la vez que complicado. ¿Qué podemos hacer? Bueno, en estos casos lo mejor es ponerse en manos de un especialista. Como docentes, podemos tratar de ayudarles a que vean que las matemáticas no lo son todo en la vida. Enseñarles a utilizar la heurística de simplificar un problema en otros más sencillos para poder ir resolviendo poco a poco y que sientan que avanzan.
Ahora bien, la preparación es clave. También tenemos que ayudarles a entender qué es estar preparado. No sirve solo con repasar un poco los contenidos. Necesitan hacer y entender bien los contenidos. Y, aún así, nada está 100 % asegurado. En según qué nivel estés, te puedes encontrar en una prueba con preguntas completamente diferentes a lo que has visto. Pero aquí es donde vas a ver si realmente tenías esa comprensión profunda de la que siempre hablamos. Si los estudiantes entienden los fundamentos, incluso si la pregunta es nueva, no rutinaria, podrán aplicar lo que han aprendido y se irán abriendo camino.
A la vez, debemos hacerles ver que la perseverancia es el camino. Aquellos que han cultivado esta característica desde pequeños a menudo tienen una mentalidad más fuerte cuando se encuentran a desafíos de todo tipo, incluidos los matemáticos.
Curiosamente, las estadísticas muestran que la ansiedad matemática afecta más a las mujeres que a los hombres. Una posible explicación para esta diferencia entre géneros es la llamada «amenaza de estereotipo». En este contexto, se refiere al constante recordatorio del estereotipo de que los hombres son mejores en matemáticas que las mujeres. Esta idea puede influir en la confianza y seguridad de las mujeres en su desempeño matemático, lo que, a su vez, puede afectar en su capacidad para conseguir logros en el campo de las matemáticas, como por ejemplo, participación en competiciones.
Como he dicho antes, quizás una posible solución radique en abordar esta relación con las Matemáticas desde las primeras etapas académicas, enseñándoles a ser perseverantes, creando un clima donde el error no es algo negativo. Tal vez los docentes deberíamos recibir una mayor capacitación para manejar estas situaciones y saber cómo abordarlas de manera efectiva.
Es evidente que no hay una solución fácil, pero es un tema que merece nuestra atención y esfuerzo para garantizar que todos los estudiantes tengan las mismas oportunidades de desarrollo en matemáticas.
¿Qué opinas al respecto? Juntos podemos promover un ambiente de aprendizaje inclusivo y reducir la ansiedad matemática.
Y aquí concluimos este fascinante viaje matemático por hoy. Espero que hayas disfrutado reflexionando sobre estos conceptos tanto como yo. ¡No te pierdas el próximo episodio donde seguiremos hablando de matemáticas! Hasta la próxima, y recuerda, las matemáticas nos rodean, están en todas partes, ¡solo debes tener curiosidad y saber mirar!
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