Algunas ideas para apoyar el aprendizaje matemático en casa
¿Te encuentras en la necesidad de ayudar a tu hijo o hija con las matemáticas? ¿Eres docente y las familias de tu clase te preguntan qué pueden hacer para ayudar desde casa? En el capítulo de hoy propondré algunas ideas para hacer matemáticas juntos en casa más allá de la rutina de la tarea.
¿Qué tal? Soy Luis y te doy la bienvenida a la sección “Cuenta conmigo” donde hablaremos de distintos temas relacionados con las matemáticas.
Muchas personas tienden a hablar de la existencia de personas matemáticas y no matemáticas. Pero nada podría estar más lejos de la verdad. Los mensajes que enviamos a nuestros hijos, hijas y estudiantes sobre su potencial para el éxito tienen un profundo impacto en la forma en la que ellos piensan sobre sus propias habilidades. Por este motivo, tanto docentes como familias, tenemos la obligación de entender nuestro papel para establecer expectativas en el éxito de las matemáticas.
Voy a proponer algunas ideas que se pueden aplicar tanto en clase como en casa y que sirven para que los estudiantes vean que las matemáticas, como siempre digo, están por todas partes.
Hablar de matemáticas juntos
Una buena manera de trabajar las matemáticas es hacer al menos una vez al día preguntas del tipo «¿cuántos?», «¿qué forma?» y, sobre todo, «¿cómo lo sabes?». Un ejemplo de pregunta podría ser “¿Cuántas piernas crees que tienes en tu colección de juguetes?” Puede que conteste “muchas”, y ahí es donde haces más preguntas. “Sí, muchas. Pero más o menos, ¿cuántas?” Dependiendo del curso o nivel, las preguntas variarán. Por ejemplo, si vas andando a un centro comercial, puedes preguntar “¿Cuántos pasos hay desde aquí hasta que lleguemos? ¿Cómo lo sabes?” Y luego se puede comprobar cómo de buena era la estimación.
No hay que buscar un momento y hora precisos. De hecho, si sale de forma natural dentro de una conversación es mucho mejor. Tampoco es importante si la pregunta es fácil o difícil, dentro de unos límites, claro. La idea es que piense una posible respuesta, la argumente y así se genere la conversación. No se necesita saber mucho de matemáticas para apoyar el aprendizaje en casa. Hablar de números, situaciones con números en la vida cotidiana, formas geométricas que estén a la vista, es algo al alcance de cualquiera.
Revisar el cuaderno
Las familias suelen confiar en dos fuentes de información para saber lo que está sucediendo en la clase de matemáticas: la respuesta a la pregunta «¿Qué hiciste hoy?» y la tarea que se asigna. La primera suele ser poco confiable y la segunda puede ser una fuente de estrés.
Una opción mejor es mirar su cuaderno y hacer preguntas sobre lo que allí aparece. El tono de la pregunta debe ser con espíritu de investigación y no con espíritu de evaluación. De hecho, es posible que veas en su cuaderno un contenido que tú aprendiste de otra forma, de manera que surge sola la posibilidad de que tu hijo o hija te lo explique. Puedes también compartir tus recuerdos de cómo lo hacías tú. Ese momento de conexión es muy positivo siempre que se haga desde la perspectiva de compartir conocimiento y no de “hazlo como yo lo hacía porque creo que es mejor”.
Explicar un problema resuelto
Con demasiada frecuencia, las matemáticas que ven los estudiantes se limitan al entorno de un aula. Pero es más que probable que los estudiantes resuelvan algún tipo de problema matemático (incluso si es muy simple) todos los días en su vida cotidiana. De hecho, seguro que tú también lo haces. Por ejemplo, cuando te paras a estimar si tienes suficiente dinero en tu cuenta bancaria para usar tu tarjeta de débito o cuando evaluas si tienes suficiente leche para el desayuno del día siguiente, estás resolviendo problemas matemáticos. Es posible que no te des cuenta de que lo estás haciendo y, si tú no lo notas, tu hijo o hija tampoco.
Así que una buena forma de trabajar conocimiento matemático es pararse a pensar sobre esos momentos en los que utilizas números, cantidades o formas y luego involucrar a tu hijo o hija en una conversación. Hacer esto puede ayudar a los estudiantes a ver que las matemáticas se usan fuera de los libros de texto.
Usar juegos de mesa
Los juegos de mesa y los juegos de cartas son muy útiles para involucrar y poner a trabajar las mentes de los más pequeños. Es importante hablar sobre el juego mientras jugamos. Por ejemplo, podemos crear un problema sobre lo que esperamos obtener en el próximo lanzamiento del dado, cuántas casillas necesito para llegar al final, qué tengo que obtener como mínimo para adelantar a otro jugador, etc.
Después, se puede discutir sobre si salió lo esperado y la diferencia entre la realidad y lo esperado.
Algo tan simple como cortar un mazo de cartas en dos mitades ya involucra matemáticas porque hay que comprobar que, efectivamente, las dos mitades son iguales. Porque si no, no son mitades.
Repartir cartas es otro ejemplo. Puedo repartir de una en una, ¿pero puedo repartir de cinco en cinco? ¿Siempre habrá un momento donde tenga que reducir el número de cartas que reparto?
Como ves, se le puede sacar mucho jugo a los juegos de mesa.
Hablar sobre números
Tener una charla sobre números es una conversación deliberada en la que te enfocas en tratar de contar cosas de diferentes maneras. Es divertido porque el objetivo es pensar de varias maneras diferentes. Por ejemplo, algunas tiendas venden cajas grandes de 96 o más lápices de colores. Sabes que hay esa cantidad porque está escrito en la caja. Pero, ¿será cierto? ¿Cómo podemos contar los lápices de colores para comprobarlo? Podemos contarlos de uno en uno, pero también podemos ver patrones, filas y columnas, … Hay muchas posibilidades.
Puedes tener una charla sobre números para contar situaciones de todo tipo. Cuanto más busques, más verás. Cuantas más charlas sobre números tengas, mayor capacidad tendrás para ver diferentes estructuras y patrones, y tus hijos e hijas también.
Ir a comprar
El supermercado tiene una gran cantidad de oportunidades para discutir números y formas. Estos pueden ser algunos ejemplos:
¿Todas las jarras de mermelada tienen fondos circulares? Si no, ¿qué otras formas podemos encontrar? ¿Qué forma se usa más? ¿Por qué crees eso?
Si pagas en efectivo, ¿con qué billetes y monedas deberías pagar? ¿Cuánto cambio deberías recibir?
¿Es una bolsa de patatas de 5 kg a 5€ una oferta mejor o peor que una bolsa de patatas de 3 kg a 3,50 €? ¿Cómo lo sabes?
Discutir sobre palabras
Las matemáticas se caracterizan por ser muy rigurosas. Por este motivo se usan las palabras de manera mucho más precisa que en la mayoría de las situaciones de la vida cotidiana. Cuando tu hijo o hija de 8 años quiera discutir que, técnicamente, no está saltando en el sofá porque está de rodillas, mantener la calma puede ser difícil. Pero si logras hacerlo, puedes crear una actividad intelectual preguntándole «¿Cómo llamarías a lo que estás haciendo?» a la vez que construyes tu propio argumento, «Yo lo llamaría saltar cada vez que dejas la superficie en la que estás descansando, ¿cómo lo llamarías tú?”
Después de varios intercambios de ideas, es probable que su mente se afile para crear definiciones más precisas, una habilidad que podrá utilizar en clase de matemáticas. Polígono, número y fracción son ejemplos de palabras matemáticas que pueden ser difíciles de definir con precisión.
Construir cosas
La visualización espacial es una habilidad importante para desarrollar una comprensión de la geometría, además de otras áreas de las matemáticas. Una de las mejores maneras para que los estudiantes desarrollen habilidades de visualización espacial es construir cosas. Pueden usarse bloques, cajas, latas, rollos de papel higiénico, cartón, lo que sea. Cuando imaginan cómo quieren que se vea la estructura y luego comparan su imaginación con la realidad, están desarrollando sus habilidades de visualización espacial. Hacer construcciones juntos, propicia un tiempo para imaginar relaciones espaciales mientras se juega.
Preguntar «¿Qué pasaría si?»
Esta es una de las que más me gusta porque muchos descubrimientos matemáticos surgen de hacerse la pregunta «¿Qué pasaría si?» Si convertimos esta pregunta en algo habitual, especialmente en relación con números, formas y resolución de problemas, estaremos desarrollando el hábito de pensar más allá de las posibilidades que se plantean en una situación concreta, ya sea propuesta por un docente o por su libro de texto. ¿Quién sabe? Incluso puede llegar a hacer nuevos descubrimientos matemáticos.
Hay muchas opciones, estas son solo algunas. Lo que está claro es que entre todos, docentes y familias, tenemos que evitar que los estudiantes se críen como matemático-fóbicos, ayudándoles a tener éxito en matemáticas. ¿Qué opinas al respecto?
Y aquí concluimos este fascinante viaje matemático por hoy. Espero que hayas disfrutado reflexionando sobre estos conceptos tanto como yo. ¡No te pierdas el próximo episodio donde seguiremos hablando de matemáticas! Hasta la próxima, y recuerda, las matemáticas nos rodean, están en todas partes, ¡solo debes tener curiosidad y saber mirar!
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